Desde la última Conferencia sobre
 Desarrollo Sustentable realizado en Río, la región de América Latina y 
el Caribe – ALC -, ha funcionado como el laboratorio experimental del 
crecimiento verde inclusivo del mundo
Por Prof. Norberto Ovando *
Marianne Fay, Directora de Asuntos 
Económicos de la Red de Desarrollo Sustentable del Banco Mundial 
presentó en la oficina del Banco Mundial en Buenos Aires, en el marco 
del Décimo Encuentro sobre el Desarrollo Sustentable, el informe “El 
Crecimiento Verde e Inclusivo en Latinoamérica y el Caribe”, (Inclusive 
Green Growth in Latin America and the Caribbean), realizado por el Banco
 Mundial y presentado en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el 
Desarrollo Sostenible- Río+20.
Del informe de 59 páginas, hemos extraído
 lo más destacado sobre la Gestión de los Recursos Hídricos, ya que 
aborda varios temas muy relacionados a nuestro país.
El agua es un componente esencial para 
sustentar el desarrollo y crecimiento económico a largo plazo. Es 
necesaria para alimentar a los habitantes, mantener la expansión 
saludable de las ciudades y mantener la competitividad de las empresas. 
Además, la gestión y desarrollo eficaz de este recurso es fundamental 
para el crecimiento limpio, eficiente, flexible y resistente, e 
inclusivo. Si bien América Latina y el Caribe – ALC- tienen una 
disponibilidad per cápita más alta de agua dulce del mundo, la 
contaminación, la desigualdad y los factores geográficos limitan 
gravemente el acceso a ella.
En gran parte de la región, las 
cuencas fluviales y los hábitats acuáticos sirven de receptáculo para la
 eliminación de los desechos, efluentes industriales y mineros.
 En la medida en que la región aumente sus ingresos hasta llegar a un 
nivel mediano y alto, las presiones sobre sus recursos hídricos 
continuarán creciendo.
Oportunidades y restricciones
Pese a los generosos recursos hídricos presentes en ALC, grandes subregiones enfrentan escasez. La
 situación ha empeorado debido al cambio climático. Estas zonas incluyen
 el noreste de Brasil, partes de Bolivia, Chile, Perú, México y varias 
islas caribeñas. Obviamente, las regiones áridas y semiáridas son a 
menudo las más pobres.
Otro factor que agrava la escasez además 
de los factores naturales, es la contaminación provocada por los 
humanos. Ciudades como Buenos Aires y Bogotá han contaminado sus 
recursos de agua hasta el punto de dejarlos inutilizables.
Cuando la ciudad de Quito, Ecuador, 
comenzó a contaminar el agua de sus napas freáticas, se vieron obligados
 a buscar complementar su abastecimiento desde la cuenca del río 
Amazonas.
La contaminación industrial también es un
 desafío, en especial en torno a las grandes urbes como Bogotá, Buenos 
Aires, Ciudad de México y Sao Paulo. Es necesario consolidar las 
gestiones para abordar la polución industrial de los recursos de agua si
 se desea que las ciudades crezcan de manera más limpia y sostenible.
La minería es un desafío. La 
región está experimentando un auge minero, que está repercutiendo 
gravemente en la calidad del agua. La contaminación de este 
vital elemento no es solo un problema en torno a los yacimientos 
mineros, sino que se extiende varios kilómetros aguas abajo y afecta el 
consumo humano y de la agricultura. Para que la región disfrute de todos
 los beneficios de la creciente demanda mundial de sus productos 
mineros, deben encarar este problema, por ejemplo, mediante leyes 
ambientales vinculadas a las concesiones mineras.
El camino a seguir
En el futuro, será esencial seguir un 
enfoque multisectorial en la gestión del recurso agua. A medida que la 
región se dedica a desarrollar más hidroelectricidad, es necesario tener
 en cuenta los cambios en los patrones de las precipitaciones. Cuando se
 formulan incentivos para extender la agricultura, también debe tenerse 
en cuenta el manejo de las inundaciones y las sequías y los enfoques 
tecnológicos adecuados.
La región también debe encontrar 
el equilibrio adecuado entre fortalecer la estructura de gestión del 
recurso hídrico con la gestión de riesgos de desastres, transformándolo 
en elementos realmente complementarios.
Cuando la región apunta a continuar en su
 senda de crecimiento, es vital sacar a mucho más personas de la pobreza
 para utilizar el conocimiento y la experiencia colectiva adquiridos en 
los años anteriores y velar por un desarrollo limpio, eficiente, 
inclusivo, flexible y resistente del recurso agua, para beneficio de las
 futuras generaciones. Esto implicará desplegar y utilizar los 
incentivos económicos disponibles, continuar con los enfoques de gestión
 de cuencas fluviales y adaptarlos y concentrarse más en los temas de 
distribución.
* Presidente / Asociación Amigos de los Parques Nacionales – AAPN -
Experto Comisión Mundial de Áreas Protegidas – WCPA – de la UICN-
Red Latinoamericana de Áreas Protegidas – RELAP -
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