Mientras  el público lee tímidas notas oficiales del gobierno peruano según las  cuales en la frontera sur solo ha habido un ingreso no autorizado de  militares chilenos al territorio peruano, o un simple mal entendido que  se aclara o arregla con notas de prensa, en la práctica los chilenos  —con el consentimiento de la fuerza armada peruana— no solamente han  entrado a territorio peruano sino que han puesto una alambrada del Hito 1  (que está a 264,5 m de la orilla del mar) hasta la orilla del mar,  siguiendo una línea paralela, con lo cual oficializan el despojo del  triángulo de Tacna (36 000 m2).
Si esta incursión de militares enemigos y mutilación del territorio peruano no es casus belli,  ¿qué es?, ¿para qué mantenemos fuerza armada? Los chilenos han ocupado  territorio peruano sin disparar un tiro, y los valientes y gallardos  militares peruanos solo han mirado (¿asustados?).
El  gobierno y políticos sirvientes de Chile, con el cuento de “no pisar el  palito”, dejan que Chile brinque la línea de frontera y se instale en  territorio peruano. A ver si el presidente Ollanta Humala se acuerda de  la marcha que hizo a Tacna en 2007, cuando los chilenos —coordinando con  el gobierno de Alan García—  impedían el tránsito de peruanos en el triángulo de Tacna, pero aún no  se atrevían a marcar presencia en suelo peruano, como lo acaban de  hacer.
Esto pasa por no entender que las inversiones de Chile en el Perú y la acción de su fuerza armada son  dos aspectos inseparables y solidarios del proyecto de dominación que  ejecuta Chile. Muchas personas prudentes advirtieron que permitir la  entrada al Perú de capitales de un país enemigo iba a aumentar la vulnerabilidad  del Perú y no se les escuchó; más pudo la coima que venía del  extranjero. Ante la grave situación actual, quisiéramos escuchar qué  dicen los traidores a la patria y ladrones que permiten la implantación y  asentamiento de empresas del enemigo chileno.
He aquí los frutos de la política de "cuerdas separadas". Si no se revierte pronto esta invasión no resistida, Chile no necesitará esperar el fallo de La Haya;  sea cual fuere la sentencia, ya está en posesión del territorio que,  desde un punto al norte de Concordia y ajeno al tratado de 1929, le  permite trazar hacia el mar peruano la línea paralela que coincide con su usurpación.
De tiempo atrás Con nuestro Perú  y algún otro medio de información habían pedido que se pusiera una  alambrada de púas del punto Concordia al Hito 1 y hasta el Altiplano.  Como el gobierno de Ollanta Humala no lo hizo, ahora Chile tomó la  delantera; y así la alambrada chilena está en territorio peruano (no en  la línea divisoria), lo que por el momento consagra la ganancia  territorial de Chile.
Mientras, el responsable de esta pérdida territorial es el presidente Ollanta Humala. Que deje de lado perjudiciales tratos personales con Sebastián Piñera, expulse a asesores traidores y con alambre de púas  restablezca inmediatamente la línea fronteriza según el Tratado de  1929. No hacerlo es trabajar para Chile. El pueblo peruano ha elegido a  Ollanta Humala para defender y mantener la integridad territorial del  Perú, no para entregar territorio peruano al enemigo chileno.
¡Queremos ver la alambrada peruana!
Leamos.
 
Carabineros y Alambrado
Por Enrique Chávez
El desborde de minas antipersonales fue aprovechado por el gobierno chileno para alambrar su versión de la frontera.
En  las inmediaciones del emblemático Hito 1, en la frontera entre Perú y  Chile, se respiran aires nuevos y cargados. Acaba de ser instalada una  franja de alambrado de aproximadamente un kilómetro. Cuando al mediodía  del martes 13 el corresponsal gráfico de CARETAS se acerca a los  policías peruanos apostados, de inmediato arranca la camioneta de  carabineros del lado chileno y un par de efectivos se acercan a  averiguar sobre las visitas.
El  alambrado es consecuencia del reciente incidente ocurrido con las minas  antipersonales y antitanque que datan de la dictadura de Augusto  Pinochet. Las lluvias del altiplano provocaron la inundación del Río  Seco y el “afloramiento” de más de 150 minas. En consecuencia, el  gobierno de Sebastián Piñera cerró durante dos días la frontera, entre  el 21 y 23 del pasado febrero (CARETAS 2220). El ministro de Defensa,  Andrés Allemand, supervisó los trabajos.
La  Convención de Ottawa es el instrumento internacional que compromete a  los países a eliminar todas las minas antipersonales para 2020. Mientras  tanto, sus previsiones incluyen alambrados como el que ahora delimita  en la práctica la frontera binacional. 
El detalle importante se encuentra ahí, en el último tramo del alambrado, en el espacio que va del Hito 1 a la orilla.
Para  Chile, la frontera terrestre culmina en el Hito 1. Según la posición  del Perú, termina en el Punto de la Concordia, a 264 metros y medio,  donde las olas lamen la arena. La diferencia es sustancial en la  controversia de delimitación marítima que sigue su curso en la Corte  Internacional de La Haya.
En  ese tramo final el alambrado ha sido instalado en el sentido del  paralelo, lo que refleja la postura chilena. Por el contrario, el Perú  sostiene que la frontera marítima se define por la línea bisectriz de  ambas costas.
Con un delicado proceso jurídico en marcha, este alambre viene lleno de púas.
 
El  sábado 3 de marzo el presidente Ollanta Humala ofreció su única  declaración al respecto, cuando respondió a un periodista que le  preguntó si se había “desplazado” el Hito 1. “No se ha corrido ningún  hito”, desmintió. “Lo que nos preocupa son las minas que se puedan haber  pasado al territorio nuestro”.
 
El  gobierno peruano prefirió no hacer olas públicas pero tampoco se ha  quedado de brazos cruzados. En los últimos días, el canciller Rafael  Roncagliolo asistió a una sesión reservada de la Comisión de Relaciones  Internacionales del Congreso. Con el mismo secreto se reunió la Comisión  de Defensa.
Adicionalmente,  Roncagliolo sostuvo entrevistas a puerta cerrada con los principales  dirigentes políticos del país, entre los que se cuentan el ex presidente  Alejandro Toledo y la lideresa del PPC, Lourdes Flores Nano. Trascendió  que su objetivo era garantizar un frente unido ante lo que en el  gobierno se considera una invitación para pisar el palito. O el alambre.
Lo  que se conoció en los medios fue que el Perú envió una nota de protesta  el 24 de febrero por la presencia de militares chilenos en territorio  peruano cuando hacían sus trabajos el día anterior.
Los  términos del comunicado de prensa, pues no se dieron a conocer  exactamente los de la nota enviada a Relaciones Exteriores de Chile, se  cuidan de no aludir directamente al alambrado:
“El  día 23 de febrero, personal técnico peruano desplazado a la zona pudo  constatar la presencia de efectivos chilenos en un área de territorio  peruano, entre el Hito No. 1 y la orilla del mar, realizando labores de  señalización del curso del deslizamiento que alcanzó territorio del  Perú. En esas circunstancias, y tratándose de un ingreso no autorizado  de personal militar extranjero, el Gobierno del Perú ha entregado una  nota de protesta al Gobierno de Chile el día 24 de febrero. En la nota  entregada se deja claramente señalado que las labores realizadas por  efectivos chilenos no prejuzgan ni afectan la soberanía y jurisdicción  del Perú ni el límite establecido en virtud del Tratado de 1929 y los  trabajos de la Comisión Mixta de límites en 1929 y 1930”.
La respuesta chilena de ese mismo día tenía que ser leída entre líneas:
“La  señalización de áreas de riesgo [nota de edición: se refiere al  alambrado] y la determinación de una zona de exclusión, mediante tareas  que han concluido en el terreno, constituyen una expresión del  cumplimiento de las obligaciones internacionales en el territorio y los  espacios marítimos sujetos a soberanía, jurisdicción y control de  nuestro país, conforme al Tratado de 1929 y demás tratados limítrofes  que vinculan a ambos países”.
Es decir, en ese orden de ideas, el alambrado se encuentra en territorio chileno.
En  la nota, el Perú reitera que no acepta la disposición del alambrado y  la desvincula del proceso ante La Haya, cuya fase oral comenzará antes  de fin de año.
“Es  una provocación tonta en la medida que no tiene ningún efecto  jurídico”, confía una fuente familiarizada con la controversia. “Una  provocación patriotera con la que se pretende levantar reacciones. Es  una actitud hostil y les faltó elegancia. Parece la orden de un  generalote”.
Quien  no solicita la reserva de su identidad es Gina Lombardi, presidenta de  la Benemérita Sociedad de Auxilios Mutuos de Señoras de Tacna. Explica  que el colectivo “se fundó hace 116 años, en los días del cautiverio, y  por eso hemos saltado hasta el techo”. 
De  armas tomar, las señoras tacneñas visitaron varias veces la zona y  Lombardi confirma que “si nos paramos en el Hito 1 y miramos frente al  mar, de acuerdo a la curva formada con el Punto Concordia, el alambrado  se encuentra en territorio peruano”.
Roncagliolo  recibió a Lombardi y una delegación de la Benemérita el lunes 12. Al  día siguiente conversaron con el embajador tacneño Hugo de Zela. “Aducen  que debemos estar tranquilos porque caso contrario se podría terminar  por dilatar el proceso en La Haya. Hemos propuesto llamar al embajador  peruano a consultas pero el canciller respondió que es un tema muy  delicado. Estamos indignadas”.
Según  informó la intendenta de la región Arica-Parinacota, Ximena Valcarce,  las minas fueron retiradas entre los hitos 1 y 14 pero reveló que aún  quedan unos 20 mil explosivos activos en la frontera. La creación de  dicha región fue, por cierto, el detonante que motivó la presentación de  la demanda ante La Haya (CARETAS 1960).
La  permanencia de las minas es sintomática del estado de las relaciones  bilaterales. En el reciente gabinete binacional celebrado con Ecuador en  Chiclayo, ambos países se comprometieron a acortar lo que queda del  proceso de desminado y tener la frontera “limpia” para 2016.
El  ex ministro de Defensa Roberto Chiabra lamentó que el Perú cumpliera  con sus compromisos de desminado desde el año 2001 mientras que Chile  adujo “que no contaba con financiamiento” para las tareas. “El de las  minas es el recurso más traicionero que pueden utilizar unas Fuerzas  Armadas”.
Luego  del desborde del río, organizaciones sociales e indígenas del país del  sur criticaron al gobierno por “el lento cumplimiento” de la Convención  de Ottawa.
“Las  intensas lluvias del altiplano no son la cuestión principal”, aclara el  comunicado, “sino que se está viviendo la consecuencia de la política  de guerra y enemistad que Chile mantuvo en el tiempo en el cual diseminó  el territorio con minas antipersonales y antitanques. A este respecto,  tenemos la convicción que mientras no se cambie la lógica bélica en la  región, las minas antipersonales seguirán siendo una inminente amenaza  para todos los habitantes que vivimos y transitamos en las áreas  fronterizas”.
Y tienen toda la razón. 
 
Caretas, edición 2223, Lima 15-03-2012
 
Artículos relacionados
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Traición en la frontera