Por Alfredo Palacios Dongo
El pasado día 24 las Fuerzas Armadas de Brasil iniciaron un “Plan Estratégico de Fronteras” contra el tráfico de drogas y contrabando que abarcará 7,765 kilómetros en las fronteras con Perú, Bolivia y Paraguay, principalmente en la región amazónica, empleando 6,500 efectivos, 57 aviones, y 10 buques para control de ríos fronterizos. En Chile, han quintuplicado los recursos para el control del narcotráfico y han implementado, desde el 5 de octubre pasado, el “Plan Frontera Norte” para el control de sus tres regiones —Arica—Parinacota, Tarapacá y Antofagasta– fronterizas con Perú y Bolivia, habiendo adquirido aviones no tripulados israelíes (UAV) y aviones Cirrus SR-22 con equipamiento de visión nocturna.
Uno de los 26 radares 3D en Santiago del Estero, Argentina, para control del narcotráfico y contrabando en su frontera con Bolivia, Brasil y Paraguay.
Argentina, inició el pasado 21 de julio su “Programa Escudo Norte” en la provincia de Santiago del Estero, con la instalación de 26 radares 3D para reforzar el control del narcotráfico y contrabando en su frontera con Brasil, Bolivia y Paraguay. Por su parte el gobierno boliviano proyecta instalar un sistema de radares en su frontera con Perú, Argentina y Brasil, además, ha adquirido ocho aviones K8 chinos para labores de interdicción antidrogas, y a pesar que según la ONU, Bolivia es el principal proveedor de cocaína en Sudamérica, sin embargo, una elevada proporción llega a este país desde Puno (Iñanbari-Tambopata), y de allí, es reorientada hacia Argentina, para finalmente ingresar a Brasil vía marítima.
Bajo este panorama, el Perú es el primer país productor mundial de cocaína (325 toneladas anuales), y, desde el Valle de los ríos Apurímac y Ene —VRAE— (región Ayacucho, Cusco y Junín), y los valles del Alto Huallaga (Monzón), la Convención y Lares (región Cusco), la selva central –Palcazu-Pichis-Pachitea– (región Pasco), e Iñambari-Tambopata (región Puno), el narcotráfico va extendiéndose peligrosamente hacia nuestras 5 fronteras y la costa norte. Por este motivo, la nueva estrategia antidrogas 2012-2016 —que debió presentarse en noviembre, según afirmaciones del primer ministro, Salomón Lerner— debería incluir el resguardo de nuestras fronteras y las vías marítima y fluvial, para reducir la salida de cocaína al exterior.
Para esta lucha, en que el narcotráfico mueve unos US$ 20,000 millones anuales, debería considerarse la implementación de un sistema de radares en puntos clave y rutas clandestinas de nuestras fronteras; la adquisición de aviones no tripulados (UAV); equipos y sistemas de control de última tecnología para los puestos fronterizos y de vigilancia, y control de contenedores; el establecimiento de sistemas operativos de interdicción aérea —que dejó de aplicarse desde el 2003— para detección de narco avionetas y localización de plantaciones, pozas de maceración y laboratorios, así como de interdicción marítima-aérea en el mar, ya que por esta vía sale al exterior más del 80% de la cocaína producida en nuestro país.
Publicado en el diario EXPRESO, fecha 3 de diciembre de 2011
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