sábado, 4 de febrero de 2012

¿Operaciones de inteligencia contra el estado peruano?


Escribe : Coronel (r)Ángel Arturo Castro Flores

Chile tiene su tercer ojo en el cielo enviando información de toda índole, especialmente la que utiliza para aspectos militares, inferimos, de nuestro país. El diferendo marítimo con este país ingresa a la recta final. Este mes se debe fijar la fecha de inicio de la fase oral. El lema del escudo chileno reza “Por la razón o la fuerza”.

Ambos países ingresan a una etapa crucial, Chile sabiendo que existe la posibilidad de un fallo desfavorable, Perú confiado en sus argumentos jurídicos son de peso para un fallo favorable. Precisamente este es el periodo más difícil para ambas partes, porque se expondrán los argumentos legales.
El 30 de enero último el Canciller chileno Alfredo Moreno desde París, declaró muy orondo y convencido, que la posición de su país en el diferendo marítimo con Perú “va a prevalecer”. Sin embargo, no pasa desapercibido que este viaje a la ciudad luz fue para preparar con su equipo la fase oral, muestra además, que en Chile están muy preocupados por esta situación.
No está en discusión, que La Haya dicte sentencia favorable al Perú. Lo que está en observación cautelosa es saber si Chile cumplirá la sentencia de organismo internacional. Chile estaría moviendo sus fichas y manteniendo en alerta a su servicio secreto, para intensificar sus actividades de espionaje, buscando precisar detalles, lugares, conocer el sentir de la población, la opinión de los medios de comunicación y sus autoridades.

Algunos personajes sostienen equivocadamente que hoy no se utiliza espías, que esto pasó de moda, que con la tecnología disponible es suficiente. Falso, desde la antigüedad hasta hoy, el hombre es quien utiliza la tecnología, siendo esta un medio facilitador, que le permite realizar sus actividades con mayor eficacia. Conocer qué piensa y planean los adversarios o competidores, es fundamental para la subsistencia de todo Estado.
Algunas autoridades se permiten opinar, como si hubieran leído el pensamiento de los jueces de la CIJH. El ex Canciller del gobierno de Toledo declaró “Un tribunal como el de La Haya falla en base a lo que está en el expediente y a los argumentos de hecho y de derecho. Esos otros elementos son factores de análisis importantes en otro ámbito, pero no creo que sean elementos relevantes ni determinantes en una decisión judicial”. No se debe pecar de ingenuidad respecto a Chile.

Presumimos con todo derecho, una hipótesis de conflicto en un escenario en el que Chile patee el tablero antes del inicio de la fase oral o en plena fase. ¿Cómo? ¿Cuándo? y ¿Dónde?, lo determinarán nuestras autoridades en base a las informaciones.
Esta situación que poco apoco se viene saturando, es una buena razón para que se intensifiquen las actividades no solo de espionaje, sino también de sabotaje. Qué mejor forma, sino manipulando movilizaciones sociales como: antiminera, medioambiental, los movimientos cocaleros y los reclamos ancestrales de la población paupérrima. Su finalidad convulsionar el frente interno y distraer a las autoridades.

Existen antecedentes no muy gratos, que se recuerdan sobre el proceder de Chile, siempre recurriendo a espiarnos. En 1978, se detiene a dos oficiales chilenos, capitán Sergio Jarpa y teniente Alfredo Andoázegui, por tomar fotografías en la Base Aérea de Talara. Los chilenos involucraron a Francisco Bulnes Sanfuentes embajador de Chile en el Perú quien fue declarado persona non grata y expulsado del país junto a sus espías en enero de 1979.
El reclutamiento de espías una actividad de la inteligencia chilena, no ha sido dejada de lado. Los casos de espionaje del ex suboficial FAP Julio Vargas Garayar quien terminó fusilado por traición a la patria en 1979 y del ex técnico FAP Víctor Ariza quien vendió a Chile planes estratégicos sobre armamento peruano y numerosos documentos de carácter secreto, demuestran cómo Chile lleva a cabo su campaña de espionaje. Chile no escatima gastos cuando se trata de su seguridad.
Por otro lado, vulnerando los protocolos de seguridad nacional, el gobierno de Alejandro Toledo, facilitó la escandalosa penetración de Esteban Silva, como asesor presidencial, con acceso a información privilegiada sobre el manejo del estado peruano. También contrataron a dos publicistas chilenos José Joaquín Brunner Ried y Pablo Halpern como asesores de imagen de Toledo, ambos individuos habían trabajado para el gobierno de Eduardo Frei Ruiz-Tagle.

En agosto de 2011 fueron detenidos dos presuntos espías chilenos identificados como Hernán Alberto Jequier Schalchli y Arnaldo Robledo Roa, por haber sobrevolado la base aérea de La Joya a bordo de un helicóptero, desde el que habrían tomado fotos. Nunca explicaron cómo siendo pilotos experimentados, se desviaron de su objetivo original Nazca, tan solo en 70 kilómetros.
La prensa habló de un tercer pasajero. No se descarta la posibilidad que haya transportado un tercer pasajero. Por otro lado, Luis Maximiliano Seraín Gutiérrez detenido por presunto espionaje el 30 de enero en Talara fue puesto en libertad sin cargos. Huele mal esto. El otro presunto espía Nicolás Pizarro permanece detenido en la comisaría de Tacna hasta que concluyan las investigaciones por fotografiar una instalación militar.
Otro hecho curioso digno de Ripley, es haber observado un hecho increíble, ciudadanos chilenos trabajando en Lima como taxistas. Se ha detectado que varios individuos de esta nacionalidad, trabajan en la empresa de taxis Metropolitano. Esto es fácil de verificar por las autoridades.

Si colegimos razonablemente por todos estos antecedentes, las redes de inteligencia del vecino país del sur, tienen mucho tiempo trabajando a mil por hora y mientras tanto, nuestras autoridades concentrados en la hora del burro, en brazos de Morfeo, soñando en un Perú con inclusión social y confiando en que los organismos internacionales intervendrán a favor del Perú si fuera el caso.
Sueñen nomas, que no cuesta nada. Ojalá despierten después.











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