EJÉRCITO | El Gobierno promueve las ferias de empleo
El desempleo en las Fuerzas Armadas de EEUU, un tema casi desconocido
Soldados estadounidenses en la provincia afgana de Khost. | AFP
- El 21% de los soldados que han regresado no han logrado un trabajo fijo
Rui Ferreira | Miami
13/07/2011
Aunque los militares estadounidenses están ocupados en dos frentes de batalla, Irak y Afganistán, y en un puñado de escaramuzas por todo el mundo, la crisis económica y el desempleo no les son ajenos.
Con un trabajo que lleva a sus esposos o esposas a desplazarse constantemente entre las unidades militares, dentro y fuera del país, las media naranjas tienen mucha dificultad en encontrar un empleo estable.
Sucede que, al contrario del Departamento de Estado, que intenta ubicar en algún puesto en las embajadas o consulados a los esposos o esposas de sus diplomáticos en el exterior, en las fuerzas armadas no hay nada parecido, y cada matrimonio tiene que intentar resolver la situación por su cuenta.
"No he logrado encontrar un trabajo adecuado con mis estudios desde que me he graduado. Siempre que nos mudamos, lo único que me queda son trabajos menores", se quejó al diario 'The Daily', Teresa Jones, de 26 años, especializada en educación infantil y que vive ahora en Fort Benning, en el estado de Georgia, pero no sabe durante cuánto tiempo.
Como ella, hay miles de esposas de militares que buscan trabajo y tratan de incrementar los ingresos familiares, ya que los militares estadounidenses, a menos que estén en el campo de batalla, tienen gastos normales como alquiler, electricidad, coche, comida y, en algunos casos, las escuela de los hijos. Incluso, tienen que pagar por el uniforme e insignias.
Ferias de empleo
En un intento de aplacar los ánimos, el Gobierno y el Departamento de Defensa han creado lo que se llama la 'Operation GI Jobs', que incluye una serie de 'ferias de empleo', donde las empresas buscan empleados que pueden ser enviados a cualquier parte, cerca de una instalación militar.
Al programa se ingresa por invitación y las autoridades han colocado una condición: si el empleado contratado tiene necesidad de cambiar de ciudad, la empresa le asegura el empleo, cualquiera que sea su destino.
En el programa ya hay 72 empresas de todo tipo, como Microsoft, Starbucks o las farmacias CVS. Un programa parecido, lanzado el año 2003, logró un empleo fijo a 100.000 personas.
"Las esposas de los militares son un factor importante. Muchas veces se presentan voluntarias para innumerables actividades dentro y fuera de las instalaciones militares. Saben trabajar muy bien en grupo", comentó Robert Gordon, el vicesecretario de Defensa para la Comunidad Militar y Política Familiar.
Militares desempleados
Pero ahora los tiempos son diferentes. En junio, Estados Unidos alcanzó una tasa de desempleo de 9,2% y no se prevé un gran descenso en los próximos meses.
Además, entre los soldados y oficiales que han regresado de las guerras desde el año 2001 a la fecha, el 21% no ha logrado un empleo fijo.
Todo indica que la situación se agravará con el regreso en septiembre de 33.000 soldados de Afganistán, como anunció el presidente Barack Obama hace dos semanas.
Según Gordon, el 26% de las esposas de militares están actualmente desempleadas y las que han logrado un empleo, están sujetas, en muchos casos, a la denigrante situación de tener un sueldo promedio 25% al de los hombres, haciendo el mismo trabajo.
Por ello, la 'Operation GI Jobs' está siendo remodelada para presionar a los empleadores a pagar sueldos iguales y se han organizado, sólo en Nueva York, 100 'ferias de empleo', llamadas 'Contratando a nuestros héroes', para acelerar la contratación de nuevos empleados egresados de las fuerzas armadas y sus esposas.
Pesimismo
Sin embargo, hay pesimismo. Al contrario de lo sucedido al final de la Segunda Guerra Mundial, cuando el Gobierno subvencionó muchas industrias que participaron en el esfuerzo de guerra, convirtiéndolas de empresas militares a civiles, ahora nada de eso existe.
Además, tampoco existe nada similar al gubernamental 'Plan Marshall', que reconstruyó Europa en los diez años siguientes al final de la guerra en 1945. La reconstrucción de Irak y Afganistán es hoy día un esfuerzo multinacional, entregado por entero a la iniciativa privada.
"No creo que esto ayude mucho. Luce bonito, pero no creo que siendo un veterano tenga más oportunidades en estos tiempos de crisis", comentó Steven Miller, un veterano de la guerra de Irak, y que asistió a una de las ferias en Nueva York.
Una de las críticas que se hace a la iniciativa es que las empresas tienen la tendencia a contratar gente para posiciones más bajas, cuando muchas de las mujeres de militares, por ejemplo, tiene algún tipo de licenciatura y están más que calificadas para ello.
"Nosotros no queremos carreras en restaurante de comida rápida, por ejemplo", agregó Jones, que vive, por ahora, en Fort Benning.
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