lunes, 25 de octubre de 2010

¿Quién puede creer en la palabra de García? Nadie

Los militares ya no creen una palabra del presidente García, atrapado entre los escombros de su muro de mentiras y por ser protagonista de diezmar a las Fuerzas Armadas. El Congreso debe velar por el deber constitucional que le corresponde.

Carlos Ordóñez Velázquez

Mayor General FAP

Estimados amigos: El presidente García acaba de anunciar en forma irresponsable y demagógica, que su gobierno ha decidido duplicar el sueldo de policías y militares en cinco tramos que concluirán en el 2015 (o sea, justo antes de la campaña presidencial para las elecciones del 2016); en otras palabras, vemos que se trata de una “solución” similar a la que dio en julio de 1990 a través del Decreto Supremo 213-90-EF, decreto que hasta la fecha no se ha cumplido.

Han pasado veinte años de ello y por eso pregunto: ¿Piensa García Pérez que vamos a creer alguna palabra de lo que dice? ¿Piensa que no nos damos cuenta que se trata de una nueva cortina de humo ahora que se encuentra atrapado entre los escombros de su derrumbado muro de mentiras? ¿Qué casualidad que anuncie esta “decisión” justo en el momento en que se encuentra agobiado por el mayúsculo escándalo causado, no sólo por la casi confirmada agresión a un joven que lo tildó de corrupto, sino principalmente por el montaje -según algunos medios de prensa- de toda una farsa acerca de quién fue el verdadero agresor. Eso debería darle vergüenza. Las cosas se llegan a saber siempre. ¿Creerá realmente que todos los peruanos somos cándidos o ignorantes?

García Pérez es muy hábil para deslumbrar a algunos con su discurso, pero con nosotros se equivoca; no nos adormecerá con su verborrea. No dejaremos de luchar no sólo para que nuestras fuerzas armadas y policiales estén adecuadamente remuneradas, sino también para que éstas recuperen su capacidad operativa y alcancen su actualización tecnológica. ¿O pensará el presidente que al escuchar promesas nos quedaremos callados y sin hacer nada? De ninguna manera; García ha perdido totalmente nuestra confianza y por eso le negamos el honor de llamarse Jefe Supremo de las FF.AA. y de la PNP pues, aunque la constitución así lo establezca, debe tener la seguridad que los miembros de las fuerzas del orden en actividad y en retiro no le reconocemos esa calidad por una cuestión de honor. Un verdadero jefe se preocupa por el personal y las instituciones bajo su jefatura y las conduce hacia la superación personal y la excelencia institucional.

García, por el contrario, ha denostado a nuestras instituciones, a su personal y sus valores. Eso no se lo perdonaremos jamás. Por eso seguiremos adelante con nuestra lucha. La mentira y el engaño han sido el común denominador de todas sus intervenciones referidas a las fuerzas armadas y a su personal durante su campaña política y posteriormente a lo largo de su administración. Entonces, ¿Por qué debemos creerle ahora? ¿Qué ha cambiado para que confiemos en sus palabras? Nada ha cambiado, sino veamos: -En el Plan de Gobierno del APRA 2006-2011 supervisado y aprobado por García, respecto a la Defensa Nacional presentó su propuesta 372. Alcanzar el equilibrio estratégico en la región. Pregunto: ¿A qué equilibrio se estaba refiriendo? La verdad es que no sólo no nos hemos acercado en lo más mínimo a un equilibrio estratégico, sino que nuestras fuerzas armadas se encuentran diezmadas en lo que a operatividad de equipamiento y entrenamiento se refiere. Este abandono total es sólo equiparable al de los años previos a la Guerra del Pacífico que causó una gran hecatombe que tuvo como corolario la pérdida de territorio y el desmoronamiento del espíritu nacional. ¿Así piensa García que podemos creerle?… Por otro lado, cuando en su mensaje del 28 de julio del 2010 afirmó que “el Perú contará después de muchos años de abandono, con una moderna capacidad disuasiva” y que “aquel que quiera agredir a nuestra patria tendrá una terrible sorpresa”… ¿Estaba bromeando el presidente? ¿Debemos entender que esto lo dijo en un rapto de populismo o de infundada jocosidad? Creo que el cinismo debería tener un límite. - En el mismo plan de gobierno podemos apreciar también su propuesta 373. Proporcionar los medios necesarios para enfrentar con éxito los conflictos previstos.

La pregunta es: ¿Qué medios ha proporcionado el presidente García a las FF.AA. para enfrentar exitosamente los posibles conflictos? ¡Ninguno! Por el contrario, ha utilizado cuanta tribuna tenía para proponer unilateralmente el desarme y evitar la inversión (él la llama gasto) en equipar debidamente a las fuerzas armadas, propuesta que ha llevado adelante a pesar de tener la obligación constitucional (artículo 118º) de “Velar por el orden interno y la seguridad exterior de la República” (inciso 4), así como el deber de “Adoptar las medidas necesarias para la defensa de la República, de la integridad del territorio y de la soberanía del Estado” (inciso 15). García Pérez, como es su costumbre, podrá ensayar la burda respuesta de que no hay ningún conflicto previsto. Por supuesto, no esperará verlo anotado en la agenda de su gobierno o el de otro país, ¿no?... El caso es que en el momento que menos se espere estaremos envueltos en un conflicto externo y en ese instante será muy tarde para intentar revertir el problema. ¿Sabrá el presidente García que no se encuentra equipamiento de defensa en una bodega como cuando se busca adquirir una máquina de afeitar o un jabón? ¿Entenderá que la preparación y el entrenamiento no pueden improvisarse? La preparación y el entrenamiento no se pueden comprar y su logro tarda muchos años, todos los años que ha abandonado a su suerte a las fuerzas del orden. Creo firmemente que esta omisión es punible y que García tendrá que ser juzgado por incumplimiento de su responsabilidad constitucional como presidente. Y así… ¿Todavía pensará que debemos creer en su discurso populista? Que no se equivoque. Nosotros nos ocuparemos que sea acusado constitucionalmente como corresponde de acuerdo a nuestra carta magna y nuestras leyes. - Respecto de la mala situación salarial y de pensiones del personal militar, García Pérez también se manifestó durante los últimos cinco años en diferentes situaciones y momentos: En su plan de gobierno ofreció en la propuesta 367. Homologar los sueldos de las FF.AA. y de la PNP a través de una Ley de Haberes. Luego, durante su campaña proselitista en una presentación ante la Asociación de Oficiales Generales y Almirantes (ADOGEN), ofreció solucionar este problema en los primeros 180 días de su eventual gobierno.

Pero, una vez en el poder, no sólo no cumplió su palabra, sino que se dedicó a agraviar al personal militar y demostrar su repudio por las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional. Posteriormente, en su mensaje a la nación el 28 de julio último, cambiando nuevamente su postura, García se pronunció diciendo “Quiero dirigirme a los policías y a los miembros de las Fuerzas Armadas para anunciarles que en el proyecto presupuestal que enviaremos al Congreso este año estará considerado un aumento de salarios en cinco tramos que permita una mejoría anual de sus ingresos y también que puedan aumentar sus cotizaciones para asegurar la Caja de Pensiones policial-militar y para mejorar su sistema de salud. Creo que la gratitud del Perú ante quienes combatieron a Sendero Luminoso haciéndole morder el polvo de la derrota no debe limitarse al reconocimiento verbal sino a garantizar que la familia militar y policial tenga los mínimos recursos para poder vivir con dignidad”.

Pero, ¿qué pasó? El 31 de agosto el presidente García presentó el proyecto de ley de presupuesto donde proponía todo lo contrario a lo ofrecido. No había ya un aumento de salarios y más bien disponía la imposibilidad que el personal pueda obtener otros ingresos por labores extras y lo que es peor, atentaba contra la pensión renovable del personal en retiro, las viudas y aquellos que quedaron discapacitados en actos del servicio y en la lucha contra la subversión. Es decir, en sólo un mes el presidente García cambió diametralmente sus afirmaciones. Yo pregunto: ¿Es este un comportamiento cuerdo o equilibrado? ¿Eso es lo que llaman personalidad bipolar? La verdad que no lo sabemos, pero estamos seguros que sí tiene implicancias no solamente para la administración del Estado, sino que como lo han manifestado reiteradamente diversas personalidades, se pone en gravísimo riesgo la defensa nacional, el orden interno y la soberanía nacional. Por todo esto creo que no debemos confiar en las promesas u ofrecimientos de alguien que no merece llamarse presidente de todos los peruanos. Sus palabras no tienen crédito. ¿Qué nos garantiza que esta vez está diciendo la verdad? ¿Qué ha cambiado para que esta vez debamos creerle? La verdad es que nada ha cambiado y que -tal como afirma un reconocido periodista- García mantiene intacta su capacidad para mentir. No debe sorprendernos que detrás de sus palabras y sus promesas se encuentre escondida alguna propuesta siniestra y canalla para seguir agraviando al personal de las fuerzas armadas y de la policía nacional.

Debemos estar atentos para contrarrestarlo. Es bueno recordar que tanto el Congreso Nacional, las instituciones y organismos autónomos, los colegios profesionales, los gremios empresariales y la ciudadanía en pleno debemos velar por el cumplimiento del deber constitucional que le corresponde al presidente.

Cordialmente, Carlos Ordóñez Velázquez Justificar a ambos ladosMayor General FAP DNI 43314159

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