Las imágenes de las colas a las puertas de los bancos y cajeros automáticos rusos para obtener dinero en efectivo están dando la vuelta al mundo. Han desatado el temor a que se produzca un ‘corralito’, como ya sucedió en Argentina en 2001 o en Grecia en 2015. La economía rusa vive una situación complicada y las sanciones internacionales la empujan al borde del abismo financiero.
Una de las primeras consecuencias ha sido el histórico desplome del rublo, que ha llegado a caer un 30%. Ante este contexto, los ciudadanos rusos temen perder sus ahorros y se han apresurado a los cajeros automáticos para retirar su dinero.
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