Por: Wilfredo Pérez Ruiz (*)
Con ocasión del 199 Aniversario de la Independencia Nacional (28 de julio de 1821) deseo comentar los actos estipulados en el “Ceremonial del Estado y Ceremonial Regional”, que las circunstancias vigentes impiden desplegar. No obstante, estimo importante conocer los pormenores de este magno acaecimiento de innegable trascendencia en la población.
Se inician las galas conmemorativas con la Misa Solemne y Te Deum —alabanza cristiana que significa “A ti, Dios” o llamado “Himno Ambrosiano”, en honor a su autor San Ambrosio de Milán, de una duración de tres minutos— oficiados en la Basílica Catedral Metropolitana de Lima por el arzobispo capitalino y primado del Perú, con las impecables composiciones del Coro Nacional y la Orquesta Sinfónica Nacional. Su originaria celebración fue a pedido de José de San Martín para bendecir el fin de la era colonial en nuestro territorio.
Asimismo, se interpreta el canto reservado para rendir tributo al jefe de Estado, la elevación del Santísimo, la bandera y los dignatarios: la Marcha de Banderas, creada por el filipino José Sabas Libornio y cuya partitura pertenece al hermano Ludovico María, director del colegio La Salle de Lima. Esta pieza musical se estrenó al entrar el titular del Poder Ejecutivo a la homilía por el triunfo de la Batalla de Ayacucho. El 17 de diciembre de 1897, se expidió la resolución reconociendo su ejecución en toda actividad oficial. Durante el primer régimen de Augusto B. Leguía (1908-1912), su denominación cambió por la conocida actualmente.
Acorde a lo establecido en el artículo 118 (inciso 7) de la Constitución Política del Perú, el jefe de Estado debe “dirigir mensajes al Congreso en cualquier época y obligatoriamente, en forma personal y por escrito, al instalarse la primera legislatura ordinaria anual. Los mensajes anuales contienen la exposición detallada de la situación de la República y las mejoras y reformas que el Presidente juzgue necesarias y convenientes para su consideración por el Congreso”.
En consecuencia, acude a la Sesión Solemne del Congreso de la República para presentar el relato de su gestión que, anticipadamente, será aprobado por el Consejo de Ministros. Para tal fin, una comisión de anuncio acude a Palacio de Gobierno para comunicarle que se espera su presentación. A su ingreso a la sede legislativa una comitiva de recibo lo conduce al compás de la Marcha de Banderas. Siguiendo una práctica recogida de la época virreinal la Legión Peruana de la Guardia del Ejército —unidad erigida por el libertador argentino el 18 de agosto de 1821— dispara 21 camaretazos. Ya en el hemiciclo se entona el Himno Nacional y se le invita a dar su informe. Su exposición puede prolongarse varias horas, en función de la descripción de los logros emprendidos por el gobierno.
Acabada la asamblea se sirve a los invitados el usual “ponche de los libertadores” —una bebida de la India introducida en Europa— que tiene sus orígenes en la ofrecida por José de San Martín, al culminar el cabildo de Lima, luego de aprobarse la proclama de nuestra emancipación. El inquilino de la Casa de Pizarro brinda un almuerzo a su gabinete ministerial.
Se dice con frecuencia y erróneamente: “mensaje a la nación”. Éste es formulado, reitero, a la representación parlamentaria y propalado por los medios de comunicación. Es usual escuchar un sinfín de vocablos equivocados en los periodistas debido a su ostensible y reiterado desconocimiento del protocolo y el ceremonial. Innumerables conceptos se distorsionan y, por lo tanto, confunden a la ciudadanía.
Cada cinco años se realiza la transmisión del mando supremo el 28 de julio; en este contexto, existen variaciones. El gobernante electo espera en el Palacio de Torre Tagle —sede del Ministerio de Relaciones Exteriores— al grupo de anuncio para trasladarse a prestar juramento y pronunciar su discurso en el Palacio Legislativo. En la cancillería es condecorado con las órdenes “El Sol del Perú” y “Al Mérito por Servicios Distinguidos”, en sus más altos grados: Gran Cruz.
Por su parte, el saliente se dirige al Congreso de la República a entregar la Banda Presidencial y emitir una escueta alocución. Fernando Belaunde Terry —al concluir su segundo gobierno (1980-1985)— sorprendió con una disertación en el que, una vez más, evidenció su ponderada, elegante y elocuente oratoria. Sin embargo, en su segundo mandato Alan García Pérez (2006-2011) envió esa insignia con el jefe de la Casa Militar de Palacio de Gobierno, a fin de evitar acaloradas e inelegantes reacciones como ocurrió en 1990. Lo mismo pasó con Ollanta Humala Tasso (2011-2016). La continuidad democrática no se interrumpió; solamente se alteró la tradición.
En horas de la tarde procede el Saludo al Presidente de la República de las misiones diplomáticas y organismos internacionales. El nuncio apostólico de su Santidad -en su condición de decano del cuerpo diplomático acreditado en nuestro país- dirige unas palabras. Se lleva a cabo en el imponente Salón Dorado de Palacio de Gobierno y lo acompaña el canciller; eventualmente, el primer ministro. También, se efectúa el besamanos de los funcionarios estatales.
Siempre infunde inmenso entusiasmo popular la Parada y Desfile Cívico Militar organizado por el Ministerio de Defensa el día 29. Tenía como escenario la Plaza de Armas y con posterioridad el Hipódromo de San Beatriz o Campo Marte (Jesús María). Años más tarde comenzó a emplearse la avenida Brasil para este masivo espectáculo en la que tienen presencia emblemáticos batallones, compañías y escuadrillas militares y policiales con sus bandas musicales.
Desde hace varios años es encabezado la Compañía de Comandos "Chavín de Huantar". Siguiendo el orden de antigüedad marchan el Batallón de Infantería Motorizada "Legión Peruana" Nro. 1 y la Batería de Artillería Volante de la Legión Peruana de la Guardia del Ejército del Perú, seguido de la Compañía de Infantería de Marina "Capitán de Navío AP Juan Fanning García" de la Marina de Guerra del Perú, la 72.ª Escuadrilla - Sección de Paracaidistas de la Fuerza Aérea del Perú y la Compañía "Mariano Santos Mateo" de la Policía Nacional del Perú.
En los últimos tiempos se incluye, previamente, un vistoso pasacalles de danzas típicas a cargo del Ministerio de Cultura. También, participan delegaciones extranjeras, Cuerpo General de Bomberos Voluntarios del Perú, variadas organizaciones civiles y entidades educativas, etc. Tiene una duración aproximada de tres horas; seguidamente, el jefe de Estado da un banquete a las esferas castrenses y policiales en el Gran Comedor de la Casa de Gobierno.
A partir del 2006 se ha instituido la Ceremonia de Acción de Gracia por el Perú -promovida por las Iglesias Evangélicas- en el Templo de la Alianza Cristiana y Misionera. Ésta ha sido incorporada, según el Decreto Supremo Nro. 079-2010-PCM “dentro del marco de las actividades oficiales por Fiestas Patrias”.
La escolta presidencial Regimiento de Caballería “Mariscal Domingo Nieto” —denominada en honor del ilustre militar, político y presidente de la Suprema Junta de Gobierno (1843-1844)— se exhibe con esplendor en estos acontecimientos. Durante la primigenia administración de Alan García Pérez (1985-1990) ésta fue sustituida por el Regimiento de Caballería “Glorioso Húsares de Junín”, cuyo nombre es alusivo a la victoria de la Batalla de Junín. En el período de Ollanta Humala Tasso se autorizó la reactivación del destacamento “Mariscal Domingo Nieto”.
Dos disposiciones legales tienen correlación con la prestancia de la agenda descrita: el Ceremonial del Estado y Ceremonial Regional (Decreto Supremo Nro. 096-2005-RE) y el Cuadro General y Cuadro Regional de Precedencias del Estado (Decreto Supremo Nro. 100-2005-RE), garantizan las ubicaciones, honores, entre otras explícitas descripciones encaminadas a regular los eventos a los que asisten las máximas jerarquías civiles, eclesiásticas, militares, policiales y diplomáticas.
Esta festividad debe inspirarnos a la reflexión, la solidaridad, el entendimiento y la confluencia de voluntades. Evoquemos con convicción las lúcidas expresiones del maestro, historiador y abogado Raúl Porras Barrenechea: “…El Perú, en el que ha predominado étnicamente la sangre indígena aunada al espíritu ético de España, ha sido siempre en la historia un camino de fraternidad y de armoniosa conciliación de contrarios”.
(*) Docente, consultor en organización de eventos, protocolo, imagen profesional y etiqueta social. http://wperezruiz.blogspot.com/
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