Parecía una escena de Pantaleón y las visitadoras. El sábado 11 de julio, a las 3:30 a.m., un equipo de agentes de la Dirección de Investigación de Trata de Personas
incursionó en el local llamado La Gruta Azul, en la cuadra 3 del Jr.
Quilca. La Policía había recibido información de que ahí se ejercía la
prostitución.
Encubiertos como clientes, los agentes encontraron a diez mujeres,
entre 18 y 40 años de edad. Algunas se les acercaron y les ofrecieron
licor. Poco después, les propusieron relaciones sexuales a cambio de
dinero. En ese momento, los agentes, al mando del comandante PNP Manuel Díaz Barco, intervinieron a todos en el local.
La administradora del lugar, Ítala Landeo Ruiz,
amenazó a los policías con denunciarlos y llamó por teléfono a quien,
dijo, era una persona influyente. A los minutos apareció un personaje
fornido y prepotente que se identificaría como el general de brigada en
retiro Gualberto Zevallos Rodríguez, quien intentó impedir la detención de las mujeres bajo el argumento de que contaba con licencias.
Allegados a Gualberto Zevallos manifestaron a La República que no daría
declaraciones sobre el caso en el que se encuentra involucrado.
Por mandato del fiscal Martín Apaza Chirinos, el
comandante Manuel Díaz cumplió con el arresto de las mujeres y empleados
del local, incluido el propietario, el general en retiro Gualberto
Zevallos.
Después de recoger los testimonios de las trabajadoras sexuales y
evaluar los resultados de la operación, la fiscal Silvia Calle Miranda
denunció a Gualberto Zevallos por el delito de proxenetismo, en la
modalidad de promoción y favorecimiento de la prostitución.
Entre las mujeres explotadas sexualmente se encontraban una de 18 años,
dos de 20 años, dos de 21 años, dos de 26 años, y otras de 27, 29 y 40
años de edad.
Perfil conocido
La fiscalía dispuso comparecencia restringida para el general Zevallos y
ocho empleados implicados en el negocio de La Gruta Azul.
En 2012, después de cumplir funciones como jefe de inteligencia del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas,
Zevallos fue pasado al retiro por la causal de renovación. Al
enterarse, se presentó en algunos medios de comunicación y acusó al
entonces asesor presidencial, coronel EP (r) Adrián Villafuerte Macha,
de haber alentado su salida como represalia por haber denunciado la
manipulación de los ascensos de grado en el Ejército.
Pero para esa fecha el perfil del general Zevallos ya era
controvertido. En 2009, fue acusado de haber presionado a tres testigos
para dar falso testimonio cuando se desempeñaba
como jefe de la Tercera Brigada de Fuerzas Especiales, con sede en
Tarapoto. En 2011, la revista Caretas reveló que Zevallos era dueño de
la discoteca Divas Club, en Puente Piedra, donde se ejercía la
prostitución. El general, que ocupaba la Dirección de Bienestar del
Ejército, desmintió la versión. Y en 2011, el diario La Primera atribuyó
a Zevallos formar parte del "Plan Sábana", para destruir la
candidatura de Ollanta Humala. El militar desestimó la acusación.
Según el acta del interrogatorio, al momento de la detención el general
Zevallos, este reconoció que era dueño de la discoteca La Gruta Azul; y
sobre la presencia de las mujeres, afirmó: "Las féminas se desempeñan
como bailarinas y anfitrionas. Su horario es de 10 de la noche a las 4
de la mañana. Diario se les paga su salario y se les otorga un bono por
incentivo de venta".
Preguntado si ellas ejercían la prostitución, dijo: "Según el
reglamento del local, está prohibida la prostitución y los tocamientos
indebidos". Entonces, la fiscal le aclaró que las detenidas han dicho
que se dedicaban a captar clientes para ofrecer servicios sexuales.
"Dudo de que el personal haya dado esa información porque nunca se ha
permitido que realicen esa actividad (la prostitución). Y reitero que ni
siquiera se permiten los tocamientos indebidos", dijo el ex militar.
Pero algunas detenidas (ver recuadro) desmintieron a Zevallos, por lo
que la fiscal Calle resolvió denunciarlo y le impuso comparecencia
restringida.
Testimonios confirmatorios
-Ante la fiscalía, G.C.H., una de las detenidas en "La Gruta Azul", confirmó que se dedicaban a la prostitución.
-"Los shows son al desnudo. Algunas sí ofrecen sus servicios sexuales,
pero no en este establecimiento (sino en los hoteles aledaños)", dijo.
-F.A.J. confirmó el método. "Los clientes entran y yo me acerco para
ofrecerles alcohol y los acompaño a tomar. Como quiero más dinero, dejo
que me toquen, pero no toda la plata es para mí", dijo.
Gato te pasaste...
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