Por: Javier Valle – Riestra
Con Chile tenemos dos tratados
formalmente finiquitadores de nuestro conflicto de 1879 – 1883: el
Tratado de Ancón, en cuya virtud, fuimos despojados para siempre del
departamento de Tarapacá. En ese tratado de 1883, se señaló que en diez
años, debía someterse a un plebiscito la suerte de Arica. Los chilenos
sabotearon eso sistemáticamente chilenizando ese territorio. Ante la
actitud contumaz de Chile, nos vimos obligados, pese a la resistencia de
Leguía, a firmar el Tratado Rada & Gamio – Figueroa Larraín de
1929.
Pero, el tema no ha concluido, ese país
sigue con un status bélico e infiltra espías. Está probado, que ha
tenido varios traidores en la marina peruana. Como es sabido, la
justicia militar procesa bajo el cargo de traición a la patria a tres
suboficiales de la nuestra Marina, quienes, según todos los indicios,
fueron captados por militares chilenos para comprarles información sobre
el estado de la flota peruana.
No podrá decir, la señora Bachelet que ella no conoce esa temática porque es Presidenta. Insistimos:
por ser precisamente jefa de Estado, conoce del problema y no puede
proclamarse inocente. Hoy día nos hallamos con el fallo del Tribunal de
La Haya, que es totalmente a nuestro favor. Hemos recuperado territorio
marítimo, pero Chile no escarmienta y articula.
Por eso, es que se enfrenta el problema
de los marinos traidores que por una mesada se han puesto a órdenes del
militarismo chileno. Nadie puede creer que nuestro nefasto vecino del
sur, reciba pacífica y jurídicamente la sentencia de La Haya. Para
nosotros, victoriosos moralmente, pero, militarmente derrotados, en
1879, se exige estar alertas ante un Chile imperial.
Siempre ha habido infiltrados. Pero,
estos espías, viajeros de lujo al Brasil, financiados por Chile, son la
prueba de la posición inacabable de Santiago. No podemos venir con
ingenuidades y creer que porque tenemos una sentencia favorable Chile la
va a respetar. Por eso, es que nos envía y financia sus mata haris,
compatriotas traidores.
Un país civilizado y democrático después
del fallo del Tribunal asentado en Holanda, debería obedecer; tal como
lo hace Colombia en su caso con Nicaragua. Tuvieron un refunfuño
inicial, pero, hoy lo acatan. Y hay un modus vivendi entre ambos países.
Soy anti-chileno –pese a que mi tatarabuelo Meiggs tenía un gran
palacio en Santiago–, y ningún tratado cerrará mis heridas patrióticas.
No confiemos en nuestros vecinos del sur.
Ni tanto ni tan poco. Espías han existido siempre, pero enn el caso de Chile ya son tres los casos escandaloosos: desde 1979 hasta hoy.Por tanto que Chile no espía es falso,.Ahora bien;este es un tema delicado que debe ser manjedo por lla Cancillería peruana, y no por ex-abruptos guerreros como los de Humala que no mide sus palabras porque tiene asuntos de politica interna que o involucran, ¿Va él a pelear en unEjército que él no ha repotenciado como debió hacerlo? No es lo mismo Locumba que Arica y Tarapacá! Hay que desinflar el tema arreglando relaciones con Chile y haciendo saber ese país que no puede hacer llo ue le da la gana conPerú
ResponderEliminarSaludo su posicion Sr. Valle-Riestra, soy un ciudadano de pie al igual que muchos Peruanos soy un ferviente Patriota y no "patriotero", a veces no entiendo la Politica "blandengue" de nuestras autoridades con el país del sur, tantas conseciones y entreguismo; esto ya rebalsa el vaso, no podemos tolerar mas este tipo de intromisiones de un pais al que muchos le llaman ¿hermano? Nones... Debemos dar un escarmiento, empezando primero por enviar al paredón a estos infames traidores y luego revisar todos los tratados comerciales con los sureños, basta de tanta mano blanda por Dios, no quiero creer que nos siguen gobernando la misma clase politica de los años de la Guerra del Pacifico... Y si hay que romper relaciones pues que se hagan de una vez ¿Porque tanta tibieza?... Y si hay que poner algo mas para defender a nuestra Patria, pues allí estaremos al frente, todos los que Amamos de verdad a este Maravilloso Pedazo de Cielo que se llama PERÚ...
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