por César Vásquez Bazán
Lo dijo don Ricardo Palma en 1889: "La prensa se malea cada día más en el Perú".
RPP no recordó el sacrificio peruano en la Batalla de San Juan.
Tampoco lo hizo La República.
Menos El Comercio, que estuvo bien calladito.
Hoy, 13 de junio del año 2012, se celebra el 131 Aniversario de la Batalla de San Juan, en la que miles de peruanos ofrendaron sus vidas defendiendo a Lima frente al faltamiento del invasor chileno.
Como era de esperarse, la prensa peruana de circulación nacional no se dignó recordar el hecho.
La primera razón de esta conducta es, probablemente, ignorancia de los escribas, puesto que un creciente número de reporteros, jefes de redacción y editores nunca estudió ni leyó material alguno sobre ese enfrentamiento. Y si lo hizo lo olvidó por completo.
La segunda razón es más profunda. Parte del supuesto que la prensa en el capitalismo funciona al servicio del capital. Las empresas chilenas que hoy en día operan en el Perú mermelean a periódicos y radios con avisaje y publicidad. En cambio, los muertos en San Juan, en el Morro Solar y en el Holocausto de Chorrillos en 1881 son sólo eso muertos y nada más. No pueden mermelear para que los recuerden (ni deberían tener que hacerlo).
Hay que reconocer que la prensa peruana cumple con la purulenta advertencia de García Pérez cuando proclamó: “¡Cuidado, no se vayan a molestar los chilenos!” ¿Se acuerdan ustedes de las crematísticas palabras del Hombre de Litio?
Para no molestar a sus “patrocinadores publicitarios” chilenos –para seguir recibiendo su mermelada– la prensa peruana “de circulación nacional” hoy se quedó bien calladita respecto a los Héroes y Mártires de San Juan. Total, ¿a quién le interesa lo que pasó en 1881? Ni al supuestamente autóctono Ollanta Humala, que cada día confirma más con su comportamiento político que es la personificación de Felipillo II. (Al igual que la prensa, tampoco Humala recordó a los heroicos defensores de Lima.)
Pero volvamos al caso de periódicos, radios y estaciones de televisión. La vergüenza de tener una prensa mermelera ya había sido notada por el tradicionista Ricardo Palma cuando escribió en una carta a Juan Federico Elmore, el 10 de enero de 1889:
“Recibí los recortes de periódicos que se dignó remitirme. Después de leerlos, y aplaudir cordialmente el bello discurso de usted los he pasado al Comercio y al Nacional. No sé si estos diarios, que son ante todomercantiles o mercachifles, se tomarán el trabajo de reproducir algo. La prensa se malea cada día más en el Perú. Cada día pierdo más la esperanza de ver a nuestro país en vía de salvación”.
Por supuesto, un literato tan fino en el uso del lenguaje como Ricardo Palma no podía usar la expresión en jergaprensa mermelera; escribió, más bien, prensa mercantil, prensa mercachifle. En el fondo estamos hablando de lo mismo: de una prensa que se alquila en cómodos pagos mensuales.
Si a estas alturas de nuestra disquisición diéramos el uso de la palabra a Carlos Marx, el barbado nos reprocharía duramente: “Te lo dije, Cesarín, te lo dije. En el capitalismo la prensa no puede ser objetiva ni imparcial; por el contrario tiene que propalar un mensaje funcional al sistema, conveniente a las empresas capitalistas que son las que financian su funcionamiento. La prensa forma parte del aparato de dominación y su rol es transmitir los mensajes de los sectores capitalistas dominantes, entre los que se encuentran tus bien amados empresarios chilenos. En el Perú llaman a eso corrupción; tú también, Cesáreo, te quedas en la apariencia y tratas sobre la proliferación de la “corrupción”, discutes por ello acerca de la prensa mermelera. Hace más de ciento veinte años, Palma usaba los conceptos de prensa mercantil o mercachifle. Don Ricardo era alérgico a mis enseñanzas y tú parece que olvidaste lo que aprendiste cuando estudiabas en la Universidad; por ello ni el tradicionista ni tú perciben que esa conducta corrupta es la manera normal, natural, en que debe proceder la prensa dentro del capitalismo. Es la manera normal y natural en que debe funcionar el sistema mismo”.
Luego del porrazo que me aplicó el genio visitante de Carlitos Marx, sólo queda sacar en limpio la conclusión. En el Perú campea el capital chileno; por tanto en las radios y periódicos del sistema se tienen que lanzar (o callar) noticias y mensajes de acuerdo con lo que convenga al capital de los invasores del sur. Recordar los crímenes de guerra cometidos por los chilenos en Chorrillos no conviene a los intereses mercantiles de los descendientes de los chilenos de 1879. Los clientes peruanos podrían reaccionar y dejar de comprar por uno o dos días, en Ripley, por ejemplo. Y eso no es bueno para el business. Podría afectar el crecimiento económico y desalentar las inversiones. Por ello, la prensa debe mantener silencio sobre San Juan y silencio sobre Chorrillos. ¿Entendió la orden El Comercio? ¿Captó la directiva La República? ¿ Y usted, RPP, are you in the same page?
Obra citada
Palma, Ricardo. 1979. Cartas a Piérola sobre la ocupación chilena de Lima. Introducción y Notas de Rubén Vargas Ugarte, S. J. Lima: Editorial Milla Batres, página 99.
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