Barras y Estrellas
Una mirada a cómo Estados Unidos mantiene su hegemonía internacional. Las decisiones que se toman en el Pentágono, el Departamento de Estado y el Capitolio afectan a ciudadanos de todo el mundo.
Este blog relata cómo funciona esa compleja maquinaria.
La guerra llega a Internet
Por: David Alandete | 19 de octubre de 2011
En mayo, el Pentágono se planteó cambiar radicalmente la forma en la que hace la guerra. El Estado Mayor Conjunto le propuso a la Casa Blanca poner en acción el Cibercomando que creó en 2009 y, antes de atacar Libia por aire, hacerlo por Internet, para desarmar y debilitar al régimen de Muammar el Gadafi, inhabilitando su sistema de defensa aérea. Suena aun a ciencia ficción. Y la Casa Blanca acabó rechazando la idea. Pero ese debate abrió el camino a nuevas formas de incapacitar al enemigo, del mismo modo que los drones han abierto una nueva era en la destrucción de operativos.
Entrenamiento del Ejército de Tierra en fort Bragg. Foto: Pentágono.
El gran ciberataque hubiera consistido en una infección a gran escala de los servidores gubernamentales libios, para atravesar sus cortafuegos. EE UU hubiera abatido así las comunicaciones militares de Gadafi y hubiera evitado que los radares detectaran ataques de los aviones de la Alianza Atlántica.Aquello hubiera permitido a los aliados atacar por sorpresa y de forma más efectiva. La Casa Blanca paralizó esos planes, por considerar que no disponía de suficiente tiempo para preparar la expansión de semejante virus y, sobre todo, porque aquello hubiera dado razones a países como Rusia o China para recurrir a los mismos mecanismos.
Era cuestión de tiempo: hasta la guerra ha entrado en la era de Internet. En julio, el Pentágono decidió hacer oficial una nueva estrategia bélica en la que autoriza el uso de la fuerza física para responder a un ataque a través de la Red. Explicó entonces el Subsecretario de Defensa, William Lynn, que se podría contraatacar a un enemigo que penetrara en redes gubernamentales de EE UU "si hay un daño generalizado, o la pérdida extendida de vidas humanas o un perjuicio económico significativo”.
Las bases militares de EE UU en Afganistán dependen totalmente de las redes informáticas del Pentágono. En realidad, esta guerra ya se está jugando en el plano virtual. La inteligencia, la planificación y la identificación de objetivos se hacen en ordenadores conectados a la Red. En total, hay unas 1.500 redes militares al servicio del Pentágono, de todos los tamaños y clasificaciones. Hay siete millones de ordenadores militares conectados a ellas en todo el mundo, sobre todo en EE UU, en Europa y en Afganistán.
Cibercomando de la Fuerza Aérea en una base de Luisiana. Foto: Air force.
Entre esas redes están NIPRNet y MILNet, para información no clasificada. SIPRNet es para datos clasificados (el soldado Bradley Manning, acusado de filtrar cables secretos a Wikileaks, tenía acceso a ella). Lo mismo ocurre con DSNet 1, 2 y 3, que se emplean para acceder a datos clasificados de máxima seguridad.
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