“Se trata de modernos helicópteros que permitirán tener un apoyo de fuego más seguro y certero a las operaciones en la zona del VRAE y para que se realicen con mayor seguridad y efectividad”, indicó en declaraciones a la Agencia Andina.
Agregó que al estar artillado con una variedad de armas aire-tierra estas aeronaves darán “un valioso apoyo aerotáctico” a los efectivos que se desplazan por tierra a realizar los operativos contra el narcoterrorismo.
Montoya sostuvo que estas máquinas de procedencia rusa son las más adecuadas para volar en la geografía del VRAE debido a que sus motores están diseñados para operar en ese tipo de zonas.
Explicó que gracias a esas características, pueden llegar fácilmente a alturas imposibles para otros helicópteros.
“Estos helicópteros son más difíciles de derribar porque tienen un blindaje que protege a la tripulación y las zonas sensibles de la máquina como la propulsión”, dijo.
Destacó que estas nuevas adquisiciones se usarán para los fines diseñados pues anteriormente se usaban los helicópteros MI-17, que son de transporte, para operaciones de ataque.
Los dos primeros helicópteros, de un lote de ocho unidades, adquiridos por el Ministerio de Defensa a Rusia llegaron a Perú para reforzar la lucha contra el narcoterrorismo.
Los MI-35P tienen una longitud de 17.51 metros, una altura de 3.97 metros y un diámetro de rotor de 17.3 metros.
Los helicópteros son propulsados por dos motores TV3-117VMA, por lo que pueden alcanzar una velocidad máxima de 330 kilómetros por hora y tienen una autonomía de alrededor de 500 kilómetros.
Su arma principal es un cañón bitubo GSH-30-2K de 30 milímetros (montado a la derecha del fuselaje) con 750 proyectiles y, además, pueden portar una diversidad de cohetes y misiles.
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