MARINOS LE HICIERON EL ALTO A GARCIA
Presidente quiso imponer como vicealmirante a oficial de su confianza, pero altos mandos se lo impidieron
EJEMPLO PARA  OTRAS INSTITUCIONES, QUE SON MANOSEADAS, DONDE ALGUNOS PREFIEREN EL GALON, ANTES QUE LA DIGNIDAD. 
La  respuesta del alto mando de la Marina de Guerra con un tremendo “no” al  presidente Alan García por tratar de imponer a su oficial favorito en  esa institución para ascenderlo al grado de vicealmirante, surtió  efecto luego de días de tensión, pues, finalmente, anoche el jefe de  Estado, al ver que no podía salir victorioso, pateó el tablero y tocó  ‘retirada’: decidió dejar desierto los ascensos para ese alto cargo.
La  acción de los mandos navales –calificada como rebeldía en el sector  Defensa– tuvo un argumento institucionalista: evitar que el oficial  recomendado por el jefe de Estado, que aún no reúne los méritos  necesarios ni mayor antigüedad, alcance un grado superior frente a  aquellos que están mucho más tiempo en la naval y que son más idóneos  para ascender a vicealmirante.
La posición del Ejecutivo en todo este  barullo era que, constitucionalmente, el Presidente como jefe supremo  de las Fuerzas Armadas y la Policía tiene la atribución de decidir qué  oficiales ascenderán y quiénes no. Sin embargo, ante la férrea barrera  que le puso el alto mando de la Marina, basada en leyes y reglamentos,  prefirió no hacer más aspaviento y declinó su pretensión.
EL HOMBRE DEL PRESIDENTE
El  oficial por el que se generó esta agria controversia se llama Mario  Luis Caballero Firioli, quien actualmente tiene el grado de  contralmirante y se desempeña como Director General de Educación de la  Marina. Éste, según fuentes confiables, era la ficha que García  quería promover de todas maneras y, para ello, contaba con todo el apoyo  del ministro Jaime Thorne León.
A este oficial, la  Junta de Vicealmirantes (conformada por el comandante general, el jefe  de Estado Mayor, el inspector General, el jefe de Operaciones del  Pacífico, el director de Capitanías, el jefe de Operaciones de la  Amazonía y el jefe de Estado Mayor Conjunto), no lo quería ascender  porque delante de él había otros dos con mayor mérito, antigüedad y  trayectoria.
Caballero, según se comenta entre oficiales, tuvo una  participación bastante discreta en el develamiento de la organización  –conformada  por marinos–, que interceptaba conversaciones telefónicas  de políticos y empresarios desde la empresa Business Track (BTR). Lo  cierto es que no hay registro oficial de esta información, solo  versiones de sus colegas.
La propuesta de esta junta (documentada,  según se conoció) era que se otorgue el grado de vicealmirante a los hoy  contralmirantes Wladimiro Giovannini y Ernesto Lermo, a quienes  calificaron como los mejores cuadros para el ascenso.
Sin embargo,  tan grande era el afán del Presidente de promover a Caballero que  sugirió ascenderlo junto a uno de los dos elegidos por la Marina.  O  sea, algo así como ‘ni tú ni yo perdemos, ambos ganamos’. Pero esta  propuesta también fue rechazada por la Marina.
En medio de esta  batalla, el ministro de Defensa, Jaime Thorne León, intentaba solucionar  este fuerte impase, pero no pudo lograrlo. Finalmente, anoche,  alrededor de las 8.00 pm anunció la decisión presidencial de no promover  a nadie al grado de vicealmirante.
OTRO ENCONTRONAZO
El  intento presidencial para que Caballero ascienda no fue el único  encontronazo que tuvo García con la Marina. Similar lío se armó  recientemente debido a que el Ejecutivo reincorporó al servicio activo,  por mandato judicial, al vicealmirante Alberto Lozada Frías.
Y  tan frías se pusieron las relaciones por esa decisión que los altos  mandos navales no quisieron a Lozada dentro de ninguna de sus  instalaciones militares. Ni en su Cuartel General ni en cualquier otra  oficina de la naval.
Por eso, el ministro de Defensa,  salomónicamente, tuvo que darle asilo, o mejor dicho, una pequeña  oficina dentro del edificio de ese portafolio, frente al Campo de Marte,  en Jesús María.
Lozada fue retirado de la Marina por presuntas  irregularidades y acusado, inclusive, de enriquecimiento ilícito. Sin  embargo, un tribunal de justicia dispuso su reincorporación al servicio  activo con el grado que ostentaba antes de su salida: vicealmirante. Y  el Ejecutivo de inmediato lo repuso.
Con su reingreso,  este oficial se convierte en uno de los más antiguos entre los más  altos oficiales y, por ello, crece la posibilidad de que llegue a ser el  próximo comandante general de la Marina en reemplazo de Rolando  Navarrete Salomón, quien precisamente encabezó la ‘resistencia’ contra  García por el caso Caballero. ¿Si Lozada lo sucede en el cargo  renunciarán en bloque los demás vicealmirantes o se subordinarán?
Es  evidente que las relaciones del presidente Alan García con la Marina no  han sido, ni son las mejores.  Pero durante todo su Gobierno no había  ocurrido cosa similar como la de ayer con tanta rebeldía a tal punto de  hacerlo retroceder y renunciar a sus facultades como jefe de Estado. 
GOBIERNO APRISTA ALTERA CADENA DE MANDO AL ANULAR ASCENSOS A CONTRALMIRANTES
Luego de que el presidente Alan García dejara en suspenso quién sería el nuevo vicealmirante de la Marina de Guerra, surgió una polémica entre los uniformados, en el sentido de que el poder político habría maltratado a las Fuerzas Armadas una vez más.
El almirante (r) Hugo Ramírez Canaval indicó que la Junta de Calificación ya había determinado que, por necesidad del servicio, procedía el ascenso de un contraalmirante a almirante, por lo cual la decisión de García Pérez obligaría a alterar la cadena de mando.
“Si se convoca al proceso de ascensos, anunciando que hay vacante para un grado, es porque el trabajo de la Marina lo requiere. Cuando el Presidente dice que nadie asciende, provoca un desarreglo, que tiene que ser corregido a la brevedad, porque el comando nunca muere”, manifestó.
En este  sentido, defendió la posición de la Comandancia General de la Marina, de  que los oficiales más destacados en antigüedad –Vladimiro Giovanini  Freire y Ernesto Lermo Rengifo– merecían el ascenso antes que Mario  Caballero.
Entre tanto, ayer miles de policías y militaresen  situación de retiro salieron a las calles a nivel nacional para  protestar por los atropellos del Gobierno a los efectivos, retirados,  discapacitados, viudas y familiares que conforman la familia  policial-militar.
El presidente de la Federación Nacional  de Policías Retirados (Fenapol), Óscar Pedraza,  acusó al Ejecutivo de  demorar el otorgamiento de beneficios para que los asuma el próximo  gobierno.
Dijo que la protesta repudió “la infamia” de García y el  Ejecutivo, en conjunto, que busca postergar el aumento de los sueldos y  pensiones de los policías y militares, con una maniobra iniciada en la  Comisión de Presupuesto del Congreso.
De otro lado, sin embargo, la  ex presidenta del Congreso Mercedes Cabanillas consideró sensata la  decisión de retirar del proyecto de Ley del Presupuesto Público de 2011  la disposición que cerraba la Cédula Viva, que perciben los cesantes de  las Fuerzas Armadas y la Policía. 
MINISTRO DE DEFENSA APRISTA TENDRA QUE EXPLICAR INGERENCIA POLITICA EN LOS ASCENSOS
Defensa. Sobre presuntas irregularidades en el proceso. Ex ministro de Defensa  Roberto Chiabra dice que deben investigarse los vínculos del contralmirante Caballero con presidente García. AGP zanjó con la Marina
La decisión del mandatario Alan García de negarle el ascenso al contralmirante Wladimiro Giovannini Freire al grado de vicealmirante como lo propuso la Marina, no quedará en el olvido. El presidente de la comisión de Defensa, Wilder Calderón Castro (PAP), informó a La República  que ha solicitado al comandante general de la Marina, vicealmirante  Rolando Navarrete Salomón, que explique por qué el Jefe de Estado  rechazó promover de grado a Giovannini.
Calderón afirmó que también  requirió a Navarrete su versión sobre la pretensión del jefe de Estado  de ascender, en lugar de Giovannini, al contralmirante Mario Caballero  Ferioli, que quedó en cuarto puesto en el proceso de evaluación de la  Junta de Vicealmirantes.
“Todos los miembros de la Comisión de  Defensa hemos solicitado a la institución un informe oficial para  pronunciarnos al respecto”, explicó Calderón. “Además, le pedimos al  Ejecutivo que ofrezca su versión de los hechos que han ocurrido,  incluyendo la demora de más de un mes de la publicación de la lista de  ascensos. Queremos saber si existieron o no irregularidades”, agregó.
El  vicepresidente de la comisión de Defensa, Carlos Bruce (PP), fue más  enfático sobre el incidente entre el presidente García y la Marina.  Señaló que en este año ha primado la cercanía de los aspirantes con las  autoridades que deciden los ascensos.
“Este gobierno siempre habla de  la meritocracia, pero cuando la Marina presentó su propuesta para el  ascenso a vicepresidente, se quiso favorecer a otro oficial por  consideraciones políticas y no profesionales”, indicó Bruce.
El  legislador adelantó que este martes solicitará la presencia del ministro  de Defensa, Jaime Thorne, para que diga con qué criterios se dejó de  lado la propuesta de la Marina y se dejó a ese instituto con una vacante  desierta para el grado de vicealmirante.
Por su parte, el ex  ministro de Defensa Roberto Chiabra León arguyó que la postulación del  contralmirante Caballero no debe verse como una imposición del  presidente, sino como la intención de un oficial que pretendió valerse  de la influencia del Jefe de Estado para ascender.
“Ha querido  servirse de una alta influencia para ascender y eso está sancionado. Hay  que ver qué relaciones o afinidades tiene el oficial con el mandatario y  que intentó usar para ascender de grado, generando un conflicto entre  el presidente y la Marina”, dijo Chiabra
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