lunes, 13 de septiembre de 2010

El hundimiento de La Covadonga.

Escribe: Coronel EP (r) Arturo Castro Flores

El 13 de setiembre del presente año se cumplen 130 años de una hazaña heroica que ejecutaron un puñado de peruanos del puerto de Chancay, quienes valiéndose de una estratagema hundieron la nave chilena La Covadonga que estaba al mando de su comandante Pablo de Ferrari y que el día anterior había bombardeado un puente de ferrocarril para impedir el tráfico de trenes.
El Profesor Pedro Godoy P, del Centro de Estudios Chilenos CEDECH, nos relata este episodio “Lo cierto es que la “Covadonga” es empleada –durante la Campaña de Lima- en el bloqueo de la costa peruana. Está al mando de Pablo Ferrari y estacionada frente a Chancay, caleta pesquera ubicado a 40 km. del Callao. Allí –después de cañonear el poblado- como botín se iza a bordo una balandra. Aquello es fatal porque se trata de un torpedo caza-bobo. Al explotar se hunde la compañera de la “Esmeralda”. Las bajas suman casi un centenar de marineros incluyendo su comandante”.
Durante más de una centuria no se ha intentado reflotar la Covadonga, navío de madera. Los medios de comunicación han publicado la propuesta del General de Ejército Otto Guivobich Arteaga, Comandante General del Ejército, quien ha expresado la intención de reflotar “La Covadonga”.
Como refiere la revista Caretas (abril 2008) “En 1987, el alcalde de Chancay de entonces, Torres Málaga, propone reflotarla y convertirla en museo. En el 94, a raíz de un documental para Canal 4, la idea de rescatarla regresa a la prensa. Según la Historia, los otros buques chilenos tuvieron un final deshonroso (el Matías Cousiño de carbonero, el Cochrane como chatarra) (…)”.
El congresista Luis Gonzales Posada reaccionó y criticó la propuesta del general Otto Guibovich: “No corresponde a un jefe militar plantear reflotar la nave chilena Covadonga, hundida en la Guerra del Pacífico, porque es un tema que linda con la política exterior y además por la sensibilidad que puede generar en la relación entre Perú y Chile”.
Luego agregó: “Hacer una declaración en ese sentido puede interpretarse como una sugerencia de canje (…) y ese es un tema que corresponde a la política exterior, y por lo tanto, de competencia exclusiva del presidente Alan García y el canciller José García Belaunde”.
Al respecto, el diario La Patria que se publicó entre los años 1871-1882. Durante la ocupación chilena de Lima (1881-1883), este diario siempre apeló por mantener el patriotismo y la defensa de los intereses nacionales. Hoy la historia reconoce en esos insignes hombres de la pluma como: Tomás Caivano, Federico Torrico, Pedro del Solar y José Casimiro Ulloa, su permanente lealtad a la patria, que era expresada a través de sus mensajes publicados en este diario (1).
El 14 de setiembre de 1880, este diario publicó en su editorial titulado “Y va el segundo”, del que a continuación glosamos algunos párrafos:
“Otro de los buques chilenos ha ido a ocupar el fondo del Océano”.
“Caro cuestan ya a Chile los alardes de fuerza y la ostentación de un poder que se ha empleado siempre contra la razón y fuera de toda práctica culta y de toda sugestión hidalga”.
“La nave sepultada ayer entre las ondas, se había ensañado el día antes contra el viaducto de Chancay, intentando destruirlo a mansalva y lanzando sobre el puente más de noventa bombas”.
“(..) Poco antes de que en su cobarde ensañamiento sobre el pueblo indefenso, intentase comenzar el bombardeo de la víspera, una explosión tremenda la hizo volar por los aires para sepultar después tanta perversidad en el seno del mar, infligiendo el merecido castigo a quienes no tuvieron nunca una sola acción que no sea altamente reprobable”.
“¿Quién no encuentra, no diremos perfectamente legítimo, sino verdaderamente santo todo lo que tienda a destruir los elementos que Chile ha puesto al servicio de la peor de las causas sostenida con la más indigna de las tácticas?”.
“¿Cómo no sentirse al saber que los buques que sirven al vandalaje, a la extorsión más descarada, a la imposición de rescate, desaparecen uno a uno pagando caro el profanamiento de las sagradas leyes de la guerra?(…)”.
“(…) No hay remedio, la guerra, lo dijimos, se ha modificado sustancialmente”.
“Es menester destruir sin miramiento”.
“En el mar y en tierra es conveniente que tales enemigos marchen siempre sobre un volcán y paguen con la vida la profanación del sagrado suelo de la Patria”.
“Ellos invaden, talan, asesinan, queman, imponen tributo y profanan a las mujeres, purifique pues el fuego tanta infección y sepa el mundo que contra la razón de la fuerza, está la amenaza de lo desconocido”. “No hay términos medios”.

1 comentario:

  1. Notas:

    (1) La Prensa limeña en la guerra con Chile. Arturo Castro. Editorial UAP. 1ra edición.2008
    Publicado por Ángel Arturo Castro Flores

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