domingo, 7 de agosto de 2011

Chile evalúa escenarios de conflicto en 2012-2013 tras fallo en La Haya

Ha pasado desapercibida en el Perú la noticia que el 25 de febrero último, el presidente Sebastián Piñera sostuvo una reunión en el Palacio de la Moneda con los Comandantes en Jefe del Ejército, general Juan Miguel Fuentes-Alba; de la Armada, almirante Edmundo Gonzales y de la Fuerza Aérea, general del aire Jorge Rojas.

El motivo del encuentro fue analizar y evaluar los posibles escenarios que, se considera, surgirán en el 2012/2013 en su relación con Perú cuando la Corte Internacional de Justicia de La Haya emita su sentencia sobre el diferendo marítimo existente entre ambos países.

En ese contexto, la inteligencia predictiva que plantea situaciones o hechos que pueden ocurrir en el futuro, teniendo como fundamento a la inteligencia básica y actual, permite determinar que el 2012 es un año clave para los intereses internacionales de Chile en la región.

¿Por qué?

Pues al fallo de La Haya debe agregarse otra situación. Vence el plazo fijado imperativamente por la Constitución Política de Bolivia para denunciar cualquier tratado que se oponga a su Carta Magna, la cual señala que la aspiración (derecho para los bolivianos) marítima, es irrenunciable.

En dicho año concluye el plazo establecido por el artículo 9 transitorio de la citada constitución boliviana para que ese país pueda recuperar cualidad marítima al haber perdido hace 132 años su acceso soberano al Océano Pacifico en la Guerra que libró junto con Perú contra Chile en 1879.

Debido a ese hecho, sus relaciones con Santiago de Chile a nivel de embajadores están suspendidas desde 1962, salvo un paréntesis [1] entre 1975 y 1978, durante los gobiernos militares de los generales Hugo Banzer Suárez (Bolivia) y Augusto Pinochet Ugarte (Chile).

Cada 23 de marzo Bolivia siempre conmemora la derrota de sus tropas en la batalla definitiva de ese conflicto armado, la defensa de la ciudad de Calama, entonces en territorio Boliviano. Combate o Batalla del puente Topater.

El 2012 indudablemente será un año clave para Chile, no sólo en sus relaciones con PERU, sino también con Bolivia, pues considerando la disposición transitoria del acotado artículo constitucional boliviano los tratados firmados por La Paz deben estar en línea con su Carta Magna. Y si no es así, buscarán declararlos nulos ipso jure.

Ello, podría llevar al presidente Evo Morales a desahuciar el Tratado de Límites de para buscar una salida soberana al mar. Menudo problema que se viene.
No debemos olvidar que para el 2012 la ciudad de Cochabamba, Bolivia será sede de la Asamblea General de la OEA, donde la cancillería boliviana desatará una fuerte ofensiva diplomática por el problema de la mediterraneidad.

Frente a ese próximo escenario —de orden externo— es obvio que en el encuentro sostenido por el primer mandatario chileno con los Comandantes en Jefe de las Fuerzas Armadas, han tenido en consideración para el análisis efectuado, la “Apreciación de Inteligencia Estratégica” formulada por la División de Análisis y Planificación de la Agencia Nacional de Inteligencia (ANI).

En dicho documento el Director de la ANI —desde el 1.° de abril de 2010— Gonzalo Yuseff Quiroz, debe haber proyectado como hipótesis de posibilidad, que el fallo de La Haya solo puede darse en un sentido: declarar fundada en todo o en parte la demanda interpuesta por el Estado peruano.

Esto es, reconocer en su integridad o en un extremo los derechos de nuestro país sobre el mar territorial materia de la controversia jurídica, con cuya sentencia Chile pierde en cualquiera de estos dos sentidos.

Asimismo, previsto la fuerte arremetida que desarrollará el presidente Evo Morales para tratar de solucionar el problema de la mediterraneidad boliviana. Llegando incluso a desconocer tratados que le fueron impuestos por la fuerza luego de perder su acceso al Océano Pacífico.

De lo que ha trascendido sobre dicha reunión se conoce hubo además una exposición por cada Comandante en Jefe respecto a cómo veían los escenarios futuros —desde la perspectiva de la estrategia militar— en cuanto al próximo fallo de La Haya y la posición que podría adoptar Bolivia en el 2012 con relación al tratado de 1929.

Hay preocupación por ambos escenarios y por una eventual judicialización de la pretensión marítima de La Paz, estando a la demanda presentada por el Perú.

Pero, ¿por qué estas exposiciones de los Comandantes en Jefe ante el presidente Piñera?

Ello, debido a que las consideraciones políticas priman sobre la estrategia militar. Porque la política conduce y dirige la guerra y mantiene la supremacía sobre la estrategia militar que debe adecuarse a los grandes lineamientos de la dirección política.

Según se desprende de lo expresado, la estrategia militar está estrechamente condicionada por la política. La política nacional decide y la estrategia militar obedece; la primera traza la orientación y designa el objetivo que debe alcanzarse; la segunda, emplea la fuerza de acuerdo a la orientación impartida, para alcanzar el objetivo impuesto por la victoria de las armas o la amenaza de su empleo.

Dirigir y conducir la guerra, son atributos del gobernante, a quien incumbe preverla, definir su finalidad, guiarla de acuerdo a los requerimientos del objetivo político, cuya determinación actualización es también su responsabilidad.

Por dirección y conducción de la guerra se entiende como la orientación integral y coherente del Presidente de la República antes, durante y al concluir el conflicto, para prever, preparar, coordinar, impulsar y poner en ejecución las acciones necesarias, como continuación de la política, con la finalidad de alcanzar y mantener sus objetivos políticos.

Dicho esto, estando a la precisión dada, de acuerdo al libro de la Defensa Nacional de Chile presentado el 14 de enero de 2010 por la presidenta Michelle Bachelet, los tres primeros objetivos de la Defensa Nacional de Chile son: conservar la independencia y soberanía del país; mantener la integridad del territorio nacional y concurrir a la creación de condiciones de seguridad externa fundamentales para lograr el bien común de la nación.

Conforme a dicho libro, la política de defensa de Chile se enmarca dentro de los siguientes principios generales del estado:

El estado de Chile tiene la voluntad de proteger a su población, defender sus intereses nacionales, salvaguardar su independencia política, su soberanía nacional y su integridad territorial.

El estado de Chile tiene la responsabilidad de mantener una capacidad militar suficiente para concurrir a facilitar el logro de los intereses y objetivos del país, cuidando que el desarrollo de esa capacidad militar guarde proporción con el desarrollo del resto de las capacidades del país.

El estado de Chile tiene el derecho y la responsabilidad de emplear todas las capacidades nacionales, y en particular su potencial bélico, si fuese necesario, para la defensa del país y el reguardo de los intereses nacionales frente a amenazas externas.

Para el estado de Chile es de particular interés y conveniencia de la estrecha vinculación y coordinación entre su política de defensa y su política exterior, complementándose y potenciándose mutuamente, aunque actuando la primera en respaldo de la última.

Considerando dichos objetivos de la Defensa Nacional y los principios que rigen la política de defensa de Chile, la pregunta que fluye clara e ineluctablemente es: ¿Chile acatará el próximo año 2012 un fallo favorable al PERU en el litigio que sigue con dicho país en la Corte Internacional de Justicia de La Haya, sabiendo que constituiría un duro revés al interés nacional el cual afectaría la moral y el espíritu combativo de sus fuerzas armadas?

Si bien jurídicamente tendrían que cumplir el fallo al haberse sometido a la jurisdicción y competencia de dicha corte supranacional, hay que tener presente que el 73% de la opinión publica chilena está en contra de acatarlo. Ni que decir de sus Fuerzas Armadas las cuales lo desconocerían, pues así lo han acordado los tres Comandantes en Jefe en una reunión efectuada en diciembre de 2010.

No debemos olvidar que las fuerzas armadas de Chile operan bajo el lema: “Por la Razón o por la Fuerza” Ya sabemos que cuando se les acaba la razón utilizan la fuerza.

El principal indicador de inteligencia estratégica que nos permite conocer la intencionalidad del estado chileno en materia bélica es identificado la presencia de una exagerada “carrera armamentista” que ha llevado a cabo dicho país rompiendo el equilibrio militar en la región.

Este exagerado “armamentismo” en el escenario descrito precedentemente, constituye una seria y peligrosa amenaza a la Seguridad Nacional del Perú. Ello, porque revela en el ámbito de la defensa la verdadera intención que tiene Chile en sus relaciones con Perú y Bolivia, estando a la orientación de su actual política de defensa que es de carácter ofensiva y disuasiva.

Eso, bajo la tesis denominada HV3 (Hipótesis Vecinal 3), donde las sectores castrenses y quienes los apoyan han logrado que sus Fuerzas Armadas se encuentren operativamente en la capacidad de poder enfrentan de manera simultánea a las de Argentina, Bolivia y Perú.

Con tal finalidad, han creado el “centro de entrenamiento conjunto norte” en las instalaciones del “fuerte Condell” en el sector de Punta Gruesa en la localidad de Iquique, pues el centro de gravedad de sus fuerzas armadas es el “teatro de operaciones del norte” (frontera con el Perú) donde el dispositivo y composición de sus respectivas fuerzas conjuntas están orientados para actuar sobre determinados objetivos ubicados en el territorio peruano.

La fuerza militar conjunta que ha sido entrenada en dicho centro, para el planeamiento y conducción de las operaciones militares, requiere disponer de inteligencia precisa, oportuna y eficaz que les informe sobre la capacidad operativa de las Fuerzas Armadas Peruanas.

Ello, para saber qué tenemos y cuáles son nuestros planes de defensa porque le tienen temor a la Fuerza Aérea del Peru (FAP).

Por eso, los agentes de la dirección de inteligencia de la fuerza aérea de Chile –conocida por el acrónimo de DIFA- reclutaron al técnico inspector FAP Víctor Ariza Mendoza [2] en el 2002 para que operara como un espía a favor de la inteligencia militar de Chile, debido a que miopemente se desarticuló el Sistema de Contrainteligencia (SICON) Peruano.

Chile mediante el espionaje ha logrado su objetivo de producir una peligrosa brecha en nuestra seguridad entre los años 2002 al 2009 causando un serio perjuicio a la defensa del Perú.

Eso, es un hecho real que ha sido acreditado indubitablemente en el proceso penal seguido contra Ariza Mendoza ante la Justicia Militar Policial que lo ha condenado a la pena de 35 años de prisión por el delito de traición a la patria al haber proporcionado a Chile información secreta sobre nuestra Defensa Nacional.

Hoy la “Potencia o Poder Combativo Relativo” (PCR) de las fuerzas armadas de Chile, es como 10 (diez). Mientras la PCR de las Fuerzas Armadas de Perú, es como 1 (uno). Existe pues un marcado desbalance entre el potencial militar de ambas fuerzas. Una evidente asimetría a favor de las del vecino país del sur.

En el período comprendido entre 1996 al 2008, las fuerzas armadas de Chile han dispuesto de un presupuesto —para adquirir armamento— que ascendió a la cuantiosa suma de $17,667 millones de dólares. Esto, sin considerar lo invertido en los años 2009 y 2010 que ha incrementado dicho gasto a suma mayor.
Por el lado Peruano, el gobierno aprista les ha asignado a las Fuerzas Armadas la cantidad de 600 millones de dólares con la finalidad de implementar el “Núcleo Básico de Defensa” (NBD) en el período 2006 al 2011, dizque para que sean ¡disuasivas frente a las de Chile! El gobierno de Toledo no les asignó ni un solo dólar para incrementar la capacidad operativa y ello conlleva estar indefensos ....... Y ELLO TIENE UN NOMBRE

Con el presupuesto asignado por el actual régimen PERUANO a las FF. AA., jamás podremos tener capacidad disuasiva frente a las de Chile. Eso es una ilusión. No nos autoengañemos. El Perú en términos convencionales, está en un estado de indefensión total frente a Chile, tanto más, que no tenemos una política de Estado en materia de Defensa Nacional.

Ese es el escenario proyectado al 2012. Hay que dejar de consolarse con el sofisma del NBD que, insisto, de disuasivo no tiene nada frente a las armas de nueva generación que posee Chile. Se vienen momentos difíciles para nuestra Seguridad Nacional. Estamos advertidos desde ahora.

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